- Si se temen en todo momento las intervenciones que expongan con nobleza las realidades interiores de cada persona.
- Si la disposición de la mayor parte está en función a lograr metas personales o provocar resultados condicionados.
- Si se adoptan tonos agresivos o despectivos que minimizan los resultados o provocan desprecios personales.
- Si no hay nobleza en las exposiciones, dejando siempre argumentos fuertes para momentos de debilidad de los “contrarios”.
- Si realmente la reunión carece de objetivos claros, planes concretos y procedimientos adecuados.
- Si la animación del grupo es fragmentaria, originándose parcialidades o supremacías hirientes.
- Si un número significativo de miembros prefiere conflictos en vez de progresos, soluciones provisionales en vez de arreglos definitivos.
- Si se quiere concluir cuanto antes, porque se menosprecia el encuentro o se efectúa por simple compromiso.
viernes, 13 de mayo de 2016
12.- Dificultades para la Dirección de una Reunión
Una reunión puede resultar difícil de dirigir...
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